Prácticas como visualización y atención plena permiten abordar la salud mental de forma proactiva.
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Incluso antes de la pandemia mundial, la Unicef estimaba que uno de cada siete adolescentes experimentaba una mala salud mental. En 2022, la Organización Mundial de la Salud informaba de que la depresión y la ansiedad habían aumentado más de un 25% solo en el primer año de la pandemia.
Para lograr un mundo en el que se priorice y proteja la salud mental de los jóvenes, proponemos añadir el fitness mental a los currículos escolares y a los recursos disponibles para la formación laboral, siguiendo un modelo similar al de la educación física y la promoción del bienestar.
Promover el fitness mental desde una edad temprana y continuar ese apoyo durante toda la vida laboral nos posibilita dotar a los jóvenes de las herramientas que necesitan para afrontar los retos de la vida.
Como profesionales, nosotros -Maya Raichoora y Asheesh Advani- defendemos medidas proactivas y preventivas, así como la autoeficacia en fitness mental.
Fitness mental con enfoque en la prevención
Muchas escuelas y lugares de trabajo ya ofrecen formación en salud mental a través de talleres y seminarios, campañas de sensibilización y recursos de autoayuda en línea, con tratamiento en caso necesario mediante medicación, psicoterapia, intervención en crisis y programas de rehabilitación.
Esta formación en salud mental es fundamental para abordar el bienestar mental de la Generación Z (nacidos entre mediados de la década de 1990 y aproximadamente 2010) y la Generación Alfa (nacidos a partir de 2010).
Pero, ¿qué hay en términos de prevención? En una reciente charla TEDx, Raichoora afirma que el enfoque tradicional de salud mental se basa en el tratamiento después de que surjan los problemas. Por el contrario, el fitness mental consiste en un cuidado proactivo y preventivo, basado en prácticas regulares e intencionadas que mejoran y mantienen el bienestar mental.
El concepto es similar a la forma en que el bienestar físico requiere ejercicio regular y una nutrición saludable para la prevención, apoyado por intervenciones médicas en caso de lesión o enfermedad; o cómo el aprendizaje socioemocional enseña cinco competencias básicas para prevenir el aislamiento social y la desvinculación emocional, apoyado por intervenciones directas cuando los estudiantes experimentan un trauma. Del mismo modo, el fitness mental requiere prácticas preventivas consistentes e intencionadas, como visualización, autoconversación positiva y atención plena, que ayudan a los jóvenes a desarrollar resiliencia emocional y reforzar su salud mental.
La educación en fitness mental reduce el estigma en torno a los problemas de salud mental y también aumenta la probabilidad de una sociedad sana, en la que la atención mental proactiva está normalizada y los jóvenes pueden desarrollar todo su potencial.
5 pasos para cuidar del fitness mental
Los cursos de fitness mental pueden imitar la educación física que tan bien conocemos. He aquí un marco de referencia:
- Consistencia: Ayudar a los estudiantes a establecer un horario diario para las prácticas de fitness mental similar a los entrenamientos físicos. Enseñar a los jóvenes que deben trabajar el fitness mental de forma constante a lo largo de su vida es el primer paso.
- «Cardio» mental: Enseñar a los jóvenes a realizar actividades que estimulen y den energía a la mente en múltiples momentos a lo largo del día, ya sea aprendiendo una nueva habilidad, resolviendo un problema, leyendo un libro sobre un tema nuevo, resolviendo un rompecabezas desafiante, escuchando y debatiendo, o visualizándose a sí mismos alcanzando un objetivo importante.
- Dieta mental saludable: Enseñar a los jóvenes a mantener una «dieta» mental de contenidos positivos y edificantes, reduciendo su exposición a contenidos negativos de las redes sociales y provenientes del resentimiento político (los carbohidratos vacíos de la salud mental). Probablemente eso signifique también reducir la influencia de personas negativas en su vida. En su lugar, ayudar a los jóvenes a buscar material educativo y motivador (las frutas y verduras de la salud mental), contenido que les haga reír y personas que les desafíen a dar lo mejor de sí mismos.
- Descanso y recuperación: Enseñar a los jóvenes a desarrollar técnicas de sueño y relajación adecuadas para conseguir el descanso físico que necesitan. Mostrar cómo incorporar pausas regulares durante el día para desconectar y practicar la atención plena y la meditación para descansar mentalmente. Tomarse un descanso de dispositivos electrónicos y fuentes de estímulos (correos electrónicos, podcasts, audiolibros, vídeos, noticias) para dar al cerebro la oportunidad de dar rienda suelta a la creatividad. Desconectar de la gente y de los compromisos sociales para poder recargarse emocionalmente.
- Entrenamiento «de fuerza» para construir fortaleza: El entrenamiento de fuerza del fitness mental es la forma en que los jóvenes construyen resiliencia. Y lo hacen participando en nuevas experiencias a través de las cuales se enfrentan a pequeños retos manejables, que desarrollan su confianza y hambre de más experiencias nuevas.
Para Raichoora, un ejemplo de entrenamiento de fuerza mental es el trabajo de visualización por el que es conocida. Raichoora modifica las vías neuronales y forma nuevas conexiones neuronales visualizando una acción o un escenario concretos, ensayando mentalmente situaciones futuras estresantes o difíciles y visualizando resultados positivos y exitosos.
Fuente: World Economic Forum
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