Cuando pensamos en sostenibilidad, a menudo imaginamos un estilo de vida lleno de sacrificios y reglas estrictas: adiós al plástico, hola a los huertos en casa y un sinfín de productos eco que prometen salvar al planeta (pero que también pueden dejar tu bolsillo temblando) ¿Qué pasaría si te dijéramos que ser una persona eco-responsable puede ser más sencillo y divertido de lo que pensabas?

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