España, a través del presidente Pedro Sánchez, lamentó que el gobierno de México haya excluido al rey Felipe VI de la toma de posesión de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, situación que calificó de “inexplicable e inaceptable” y, por lo tanto, no enviará a ningún representante para que esté presente en la ceremonia que tendrá lugar el próximo 1 de octubre.
De esta forma, las relaciones diplomáticas entre ambas naciones viven, de nueva cuenta, un momento de tensión, al tiempo que el mandatario español aseguró que ha tenido conversaciones con Sheinbaum, aunque se reservó los temas y el tono de las mismas.