Guadalupe y Calvo, Chih.- El 31 de diciembre, un ataque con explosivos lanzados desde drones sorprendió a fuerzas federales y estatales de la Célula de Base de Operaciones Interinstitucional (BOI) en la Sierra de Chihuahua, en lo que fue el tercer ataque con esta modalidad en menos de una semana.

Los primeros dos ataques ocurrieron el 24 y 27 de diciembre, pero fue el último el que dejó una huella en el terreno: una pick-up de la Guardia Nacional fue alcanzada por los escombros y ramas de un árbol dañado por la explosión, pero afortunadamente no se registraron heridos.

La imagen que circuló muestra claramente cómo las ramas impactaron la unidad, pero sin señales visibles de quemaduras o agujeros directos en la camioneta.

Sin embargo, este incidente deja claro que el peligro sigue acechando desde el aire en las montañas de Guadalupe y Calvo, y nadie sabe qué deparará el siguiente ataque aéreo.

A pesar de los daños materiales, las autoridades siguen sin reportar bajas entre los elementos de seguridad.

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